OJOS AZULES VS OJOS MARRONES

El experimento del que vamos a hablar en este blog fue ideado por Jane Elliot nacida en Iowa, Estados Unidos. Jane era una maestra de tercer grado, educadora y activista en contra del racismo. Llevó a cabo su experimento en su propia clase, el día siguiente a la muerte de Martin Luther King en el mes de abril de 1968.

Sus alumnos llegaron a clase con gran curiosidad sobre lo que había pasado con este famoso personaje y por qué había sido asesinado. Jane preguntó a los alumnos si podían hacerse a la idea de lo que puede llegar a sufrir una persona negra en un país como el suyo. Evidentemente los niños no podían imaginarlo. Por lo tanto, empezaremos diciendo que el experimento de Jane consistió en hacer un paralelismo de esa complicada situación en sus propios alumnos para que pudiesen sentir en primera persona los efectos del racismo.

Jane dividió la clase en dos grupos: uno formado por los niños que tenían ojos azules y otro formado por los niños con ojos marrones. Dió unas cintas de color verde a los niños del primer grupo para que se las colocaran en el brazo y así poder diferenciarlos con mayor facilidad. A continuación, utilizando un argumento científico inventado para que los niños la creyeran les comunicó a todos ellos que los niños que tienen ojos marrones son más limpios e inteligentes que los de ojos azules. Les contó que el color de pelo, ojos y piel son causados por la melanina, anotando esta última palabra bien grande en la pizarra. Les dijo que esta substancia química es la que causa la inteligencia y que, contra más melanina tiene una persona más oscuros tiene los ojos. Así les hizo pensar que los niños de ojos marrones eran más inteligentes que los de ojos azules. Afirmó que los niños de ojos azules son algo tontos y que aunque les des alguna cosa buena terminan por utilizarla mal y romperla o echarla a perder.

Jane estableció la norma de que a partir de ese momento, los niños de ojos azules debían beber de la fuente con un vaso. Uno de los niños preguntó la razón de aquella nueva norma y una niña del grupo de ojos marrones chillo: “¡Nos podrían contagiar algo!”. Desde ese momento el grupo de ojos marrones empezó a tratar mal al otro grupo, insultando cuando alguno de sus miembros hacía algo incorrecto. Incluso los niños más vergonzosos del grupo de ojos marrones ganaron confianza y actuaban como líderes.

En cambio, en el grupo de ojos azules en el cual también había alumnos sobresalientes, empezaron a tener problemas, dudar de aquello que con normalidad realizaban con soltura y precisión y perdieron confianza en si mismos negándose a salir a la pizarra. 

Los niños observaron que su profesora tenía ojos azules y les sorprendió que la persona que debía enseñarles fuera del grupo “tonto”. Sacaron la conclusión de que era así porque si hubiera tenido los ojos marrones sería la directora del colegio en vez de una simple profesora. 

Al lunes siguiente, Jane les dijo a los alumnos todo lo contrario. Los que eran realmente inteligentes eran aquellos que tenían ojos azules, eran superiores a los de ojos marrones que eran tontos. Lo que pudo observar después de aquello, es que los niños de ojos azules no fueron tan crueles como la habían sido con ellos los de ojos marrones, debido a que ellos mismos habían sufrido la discriminación en primera persona.

Al terminar el ejercicio, Jane pidió a los niños que hicieran una redacción explicando porque creían que habían matado a Martin Luther King y para que expresaran su opinión sobre lo que habían vivido al sentirse discriminados por un día. 

Estas redacciones fueron publicadas por Asocciated Press y Jane fue invitada a programas de opinión e incluso fue invitada al Show de Oprah. Una parte de la sociedad rechazó su experimento considerándolo antiético.

Años después, cuando los niños se hicieron adultos agradecieron el ejercicio al que Jane les sometió ya que afirman que cambió sus vidas para bien.

Elliot pretendía demostrar que la discriminación no es inherente a la naturaleza humana, sino que es una conducta aprendida y además, muchas personas se sienten incómodas al confrontarse con sus absurdas creencias pero otras quedan agradecidas y aprovechan para aprender cosas nuevas y puntos de vista distintos.