EXPERIMENTO DE HARLOW

El psicoanalista inglés John Bowlby, desarrolló una teoría sobre el apego. Esta teoría se centra en los lazos afectivos que se crean entre personas, y según él, están condicionados por el trato que las personas reciben de sus padres cuando son pequeños.

Las relaciones negativas con los padres a menudo pueden conllevar que en el futuro, esos niños cultiven relaciones tóxicas o sean dependientes emocionalmente de otras personas.

Se podría decir que buscan el apego que no recibieron por parte de sus padres en otras personas una vez han crecido. Más tarde el psicólogo Harry Harlow decidió comprobar la veracidad de esta teoría a través de un experimento.

Para ello, Harlow utilizó los monos Rhesus que son una especie asiática que fácilmente se adapta a la convivencia con humanos. Se separó a las crías de sus madres. En las jaulas donde habitaban los monos introdujo, por un lado, un biberón que le proporcionaría la alimentación necesaria. Por otro lado, introdujo un peluche que se parecía a un mono adulto pero, por lo contrario no le proporcionaba ningún tipo de alimento. Lo hizo para ver por cúal de los dos optaría. El resultado que obtuvieron indicó que las crías se acercaban con mayor regularidad al peluche que al biberón, únicamente acudían a él para comer. Por lo contrario pasaban tiempo con el peluche ya que les proporcionaba lo más parecido al cariño de una madre, por lo que se pudo ver lo importancia que le daban al apego.

Más tarde, Harlow realizó otra parte de su experimento. Ésta es cuestionada por no tener en cuenta el bienestar de los monos y se considera más cruel que el experimento anterior. En este caso, el experimento consistió en recluir a los monos en espacios más pequeños y colocar únicamente comida y bebida para estudiar su comportamiento viviendo aislados. Algunos de ellos fueron encerrados durante unos meses y otros incluso años. Los que estuvieron encerrados durante un año, debido a todo lo que habían sufrido quedaron en estado catatónico. Debido a la falta de estímulos sociales durante tanto tiempo se mostraban pasivos y no hacían caso de nada de lo que había a su alrededor.

Los monos que habían sido encerrado durante algunos meses, cuando crecieron no consiguieron relacionarse con normalidad con los demás, de forma que no buscaban tener pareja ni descendencia e incluso llegaban a perder el apetito. En cuanto a los monos hembra, que no mostraban interés por quedarse embarazadas, se les fecundó en contra de su voluntad. Cuando tenían a sus crías no mostraban ningún interés en ellas, más bien mostraban desprecio hasta el punto de que alguna de ellas les produjo daño físico a sus propias crías.

La primera conclusión que se extrajo era la importancia que se da al apego durante la infancia, visto que los monos habían preferido con creces la compañía del peluche que representaba a su madre que el biberón que les aportaba la alimentación necesaria para sobrevivir. En segundo lugar, se demostró  la gran importancia de las primeras relaciones durante la infancia que determinan cómo serán las relaciones cuando se pase a la edad adulta.

Las conclusiones extraídas pueden aplicarse a la conducta humana por lo que se confirma la teoría de Bowlby. Es muy curioso la gran importancia que tienen todos aquellos estímulos que recibimos por parte de nuestro entorno en nuestro desarrollo y nos gustaría que compartierais vuestra opinión o experiencias en los comentarios.