SOBRE LA INFLUENCIA Y LA CONFORMIDAD SOCIAL

En el blog de esta semana, explicaremos los experimentos que dirigió el psicólogo polaco Solomon Asch. Se desarrollaron en el año 1951 y pretendía comprobar el grado de influencia que ejerce el grupo sobre un individuo. Ésto se relaciona con la típica crítica que se hace sobre quienes imitan a las personas que les rodean, diciendo que les falta personalidad. Más concretamente, Asch estudió el fenómeno de la conformidad. Consiste en el cambio en la respuesta de una persona haciendo que esta se acerque más a la respuesta que da la mayoría del grupo. 

En el primer experimento, Asch contó con la colaboración de varios cómplices que sabían de qué trataba. Los cómplices tenían que actuar como estudiantes y a ellos se les sumaría otro sujeto que sería el único que no tendría conocimiento de que se trataba de un experimento. Había un investigador, que se encargaba de presentar a los estudiantes una hoja con tres barras de longitudes distintas. Los estudiantes deben indicar cúal de ellas es la más alta. En otras ocasiones se les entregaban dos hojas, en una de ellas aparecía una línea y en la otra tres; los participantes tenían que decir cúal de las tres era similar a la línea que había en la otra hoja. En los primeros ensayos, los cómplices responden de forma correcta, pero a medida que el experimento va avanzando pasan a dar respuestas erróneas. De 18 respuestas totales 12 de ellas tenían que ser respondidas de forma errónea por los cómplices.

Como tendencia general se observó que en las primeras ocasiones en que los cómplices respondían de forma errónea, los participantes respondían correctamente. A medida que continuaba el experimento,la gran mayoría, al ver que respondían completamente distinto al grupo pasaron a responder de forma errónea al igual que hacían sus compañeros.

Al entrevistarles afirmaron que a pesar de saber que la respuesta grupal era incorrecta, habían decidido amoldarse a lo que el grupo hacía. Además, algunos de los participantes afirmaron que llegaron a pensar que los que estaban respondiendo mal eran ellos mismos.

Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que la conformidad alcanzaba altos niveles ya que las personas pasaban a respaldar respuestas incorrectas a sabiendas de que lo eran, únicamente por no expresar su opinión ya que es distinta a la del resto del grupo.

Para indagar más en el tema, Asch incluyó variaciones en el experimento original para encontrar el modo en que se podía romper la conformidad en las respuestas.

Una de las variaciones consistió en introducir en el grupo otro aliado que se encargaba de dar la respuesta realmente correcta con la finalidad de comprobar si así, el participante actuaba de forma distinta. Y así fue, la conformidad disminuyó muy considerablemente y los participantes, al ver que había una persona que pensaba de la misma manera que ellos, expresaron su opinión de forma más libre que en el primer experimento. También se comprobó a través de la retirada de este nuevo cómplice a mitad del ejercicio, que las personas al perder ese apoyo o refuerzo volvían a la situación inicial de conformidad.

Además, Asch llegó a la conclusión de que conforme más grande es un grupo mayor es la presión social ejercida sobre las personas y por lo tanto aumenta la conformidad. En grupos pequeños, las respuestas distintas no sienten tanta presión cuando ésta proviene de dos personas como cuando proviene de otras seis. 

La explicación que se dió a este fenómeno se basa en el hecho de que los grupos facilitan el contagio y la difusión de ideas. Además, la imitación de las conductas dentro de un grupo hacen que lo individual pase a un plano social. La conformidad, sin embargo, surge del poder que el sujeto otorga a la opinión general. Según el poder que el sujeto le otorgue, recurrirá en mayor o menor medida a la hora de tomar decisiones, de actuar, de responder… Y lo hará para tener la aprobación del grupo y en consecuencia, una relación positiva con éste. 

Puede darse el caso de que a un sujeto se le presente una situación ambigua. La conformidad hará que busque la respuesta correcta en la opinión del grupo porque tiene dependencia informativa respecto a él. Otra de las razones por la que lo hará es para recibir la aprobación social. 

Si nos paramos a pensar, seguro que encontramos momentos de nuestras vidas en los que hemos actuado de forma contraría a nuestra propia voluntad o a nuestros pensamientos con tal de no sentirnos menospreciados o apartados del grupo al que pertenecemos. Es algo que al pensarlo puede hacernos sentir como marionetas, pero Asch comprobó que es una tendencia totalmente normal en la conducta humana. Nos gustaría mucho leer vuestras opiniones y experiencias en los comentarios.